Recientemente inauguré mi perfil en Instagram. No lo hice porque esté en mis planes abandonar Flickr, porque he aprendido y seguiré aprendiendo mucho de los fotógrafos y sobre todo de los metadatos de ese sitio. Inicié mi actividad en la red propiedad de Facebook porque puedo conectarme con otras personas y artistas. Podría compartir el mismo contenido en ambos sitios pero no significaría ningún desafío. Así que, al principio, decidí limitar el contenido de Instagram a fotografías tomadas con el teléfono celular (eso fue hace tiempo, no lo sostuve).

El desafío me ayuda a mantenerme activo permanentemente, porque la cámara a veces se queda en casa, pero el teléfono está siempre conmigo. Cualquier momento es una oportunidad de tomar una foto: las casas que veo cuando camino, árboles, plantas, vehículos y detalles que no observaría de no estar en medio de este desafío que me impuse a mí mismo.
Por supuesto la otra cara de este desafío es encontrar la manera de obtener el resultado buscado con una herramienta de trabajo más limitada. El teléfono tiene un único lente y no es tan versátil. Quizás uno de los desafíos más interesantes es jugar con la profundidad de campo y lograr difuminar parte de la imagen.
El bokeh, aquellas partes de la imagen que quedan fuera de foco, puede lograrse con un teléfono. Por supuesto requiere que la distancia de enfoque sea muy pequeña. La profundidad de campo depende de 4 variables: longitud focal del lente, apertura del lente, distancia de enfoque y círculo de confusión. Y en el teléfono la única de esas 4 variables que puede manipularse es la distancia de enfoque.

