El lado oscuro II

La primera vez que tomé fotos con el flash fuera de cámara me sorprendí mucho. De repente uno está ante miles de posibilidades nuevas. Fotografías que congelan el movimiento de líquidos o tomas del humo de un sahumerio se vuelven un objetivo alcanzable. En seguida uno siente la necesidad de controlar la calidad de la luz y no simplemente su dirección. Primero se preocupa por encontrar modificadores (superficies que reflejen la luz o difusores que la ablanden). Pero después de unas cuantas fotos (quizás miles) uno ya sabe cómo conseguir que los sujetos u objetos fotografiados muestren reflejos bonitos y se separen del fondo. Es entonces cuando uno se da cuenta de que a veces lo importante no es difuminar ni reflejar la luz, si no poder absorberla.

Producto: Olympus XA
Una Olympus XA tomada resaltando sus bordes.

Telas negras, planchas de foam board del mismo color y otros materiales oscuros son muy útiles para evitar que la luz se propague. No es ningún secreto que la luz cuando entra por la ventana de una casa rebota contra las paredes y muebles hasta iluminar toda la habitación. Pero si los sujetos que fotografiamos están rodeados de materiales que la absorban pueden obtenerse fotos distintas. Lo oscuro es sin duda más misterioso.

Desde un punto de vista estrictamente técnico lo que podemos lograr de esta forma es que la luz ilumine nuestras tomas con una única dirección (o dos o tres), pero evitando que los reflejos en los alrededores de nuestros modelos les devuelvan luz con nuevos ángulos. Por supuesto no siempre va a ser útil, pero a veces funciona muy bien. A mí me encanta ver como un violín se oscurece hacia ese lugar adonde está la cara de una violinista que está ahí pero nunca podremos ver.

Retrato: Música
Dos flashes disparando al techo pueden producir un retrato misterioso.
Producto: Un violín
El fondo negro absorve la luz y permite resaltar únicamente la tapa del violín.