Muchas veces, mientras camino las veredas de Buenos Aires, miro hacia arriba. Me encanta ver cómo los edificios recortan el cielo. Cómo se hacen sombra unos a otros. Cómo la luz les cambia la cara a lo largo del día. Pero siempre que miro, entre los edificios y yo, hay cables que me desarman el paisaje. Por eso cuando estoy con la cámara encima me muevo para adelante, para atrás, me agacho buscando conseguir que los cables no salgan en la foto. Y no siempre lo consigo. Un día decidí desafiarme a incluirlos. Y así fue como los últimos meses estuve trabajando en una serie de fotos cruzadas por cables.

Al principio obtuve fotografías obvias. No es difícil alinear los cables que cuelgan de los postes con los bordes de los edificios. Básicamente porque están en la misma línea. Los cables, como las paredes de los edificios, corren paralelos a las veredas. Busqué aprovechar esquinas superpobladas de cables, también distintos elementos que a veces los acompañan (como cajas, tensores o conectores). Caí en el truco gastado de jugar con grandes aperturas del lente para hacer foco en los cables y dejar los edificios afuera del campo focal. Seguía obteniendo fotos que me parecían silentes. Fotos con nada para decir.

Fueron pasando los días y las fotos. Entonces empecé a entender mejor el sujeto al que estaba fotografiando. Porque no estaba retratando edificios ni cables, sino más bien la relación que podía surgir entre ellos. Una relación contrapuntística, en el sentido musical del término. Mi trabajo se mostró entonces como el que tiene por delante un pianista al tocar una fuga, cuando con 2 manos y un único instrumento tiene que dar vida a 3 o 4 voces distintas que necesitan mantener su identidad y a la vez relacionarse simbióticamente para sostener la polifonía.

Podrán decir que andar reconociendo una relación contrapuntística entre edificios y cables es una deformación profesional causada, entre otras cosas, por haber estudiado fuga y contrapunto. Es lo más probable. Lo interesante es que la ciudad era la misma cuando peleaba con los cables para sacarlos del cuadro, pero ahora tengo mucho más para mirar.